Ligne Roset es una empresa fundada en Francia en 1860 que hoy puede alardear de ser el único editor, fabricante y distribuidor de
muebles franceses de alta gama, con doscientos showrooms monomarca y numerosas tiendas minoristas en todo el mundo. Lo que la distingue en el mercado son sus colecciones de
muebles y accesorios decorativos,
sistemas de iluminación,
alfombras, tejidos y
complementos que se caracterizan por sus formas refinadas y rigurosas, pero también atrevidas e irónicas, un sello estilístico reconocible y buscado en las numerosas colaboraciones creadas con diseñadores tanto consagrados como emergentes. Ligne Roset promueve una aproximación holística a la sostenibilidad que parte del proceso de diseño de los muebles y llega hasta el bienestar de los empleados, pasando por una producción de bajo impacto y atenta al medio ambiente.
El sofá Togo y los demás iconos de Ligne Roset
Diseñado por
Michel Ducaroy, el
sofá Togo está inspirado en la forma de un tubo de pasta de dientes enrollado sobre sí mismo, pero también es recordado como un sofá “con aspecto de bebé” arrugado como un perro Shar Pei. Cuando se presentó por primera vez en el Salon des Arts Ménagers en el Palais de la Défense de París, el sofá Togo fue galardonado con el premio René-Gabriel, destinado a “muebles innovadores y democráticos” que ofrecían una buena relación calidad/precio. Se caracteriza por ser un mueble ligero, cómodo y fácil de transportar, y todavía hoy está considerado como el
sofá Ligne Roset por antonomasia. Tras más de cincuenta años y más de un millón de ejemplares vendidos en setenta y dos países, este icono del mobiliario, con su forma desestructurada, representa una manera contemporánea e informal de vivir la casa, un himno a la pereza que se renueva de año en año con nuevos revestimientos y reinterpretaciones, incluida una
versión infantil. En 2020 Togo se convirtió en una
colección completa de asientos de espuma de poliuretano, ya que al sofá se añadieron
sillones y
pequeños divanes de dos plazas, reinterpretando el diseño de Ducaroy a la luz de una nueva estructura que permite una producción en la que se integran materiales reciclados y reciclables, atóxicos y de bajas emisiones. Otra pieza de Ligne Roset que merece un puesto de honor entre los muebles más representativos de la casa es el
sillón Pumpkin, diseñado por
Pierre Paulin en 1971 para los apartamentos privados de Claude y Georges Pompidou, y que luego se empezó a producir a partir de 2008.
Ligne Roset, su historia y sus diseñadores
La historia de Ligne Roset es la de una pequeña empresa que se ha convertido en multinacional aun manteniendo una gestión familiar. Nació en Montagnieu, en la provincia francesa de Ain, por iniciativa de Antoine Roset y de su hijo Emile, fundadores de una pequeña empresa dedicada a la transformación de la madera que producía bastones de paseo, paraguas y bastidores para sillas. Jean Roset, nieto de Antoine, tuvo un papel decisivo en el desarrollo de la empresa, y en 1950, después de la guerra, dio un giro a la producción para dedicarse a fabricar
mesas,
sillas y
camas para escuelas, universidades, hospitales y residencias de ancianos. Nacieron así unos muebles que, al cabo de diez años, aprovechando el boom creativo de finales de los años sesenta, se adaptaron también al mercado del mobiliario doméstico. Sin embargo, para ver a Ligne Roset tal y como la conocemos hoy en día hubo que esperar hasta 1973, cuando se produjo el traslado de la planta productiva a Brior (donde sigue teniendo su sede todavía hoy), se oficializó la marca Ligne Roset y tuvo lugar la presentación del
sofá Togo de Michel Ducaroy.
Ligne Roset ha establecido muchísimas colaboraciones, que además de los ya mencionados diseñadores franceses Michel Ducaroy y Pierre Paulin incluyen nombres plurigalardonados como los de Didier Gómez, Pascal Mourgue, Peter Maly, Inga Sempé, Ronan y Erwan Bouroullec, LucidiPevere, Pierre Charpin y Philippe Nigro. A estos hay que sumar a numerosos diseñadores emergentes: “llevamos en el ADN trabajar con los jóvenes” comentó el director de marketing Antoine Roset en una reciente entrevista. “Sobre todo con diseñadores recién graduados que están empezando su carrera profesional, porque creemos que tienen una actitud espontánea hacia el diseño y la creación. Valoramos la frescura de su creatividad. Trabajamos con casi diez nuevos diseñadores cada año, para un solo contrato o durante un período de cinco años”.
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