La ducha de mano es un rociador de tamaño reducido accionable manualmente que se conecta a la pared o al mezclador a través de un flexo. La ducha de mano se apoya en los soportes correspondientes, que están colocados en la barra regulable o anclados en la pared de la cabina de ducha o de la bañera.
Su colocación en la barra regulable es muy cómoda y funcional: la ducha de mano suele bloquearse a una altura inferior con respecto al rociador tradicional, entre unos 100 y 120 cm desde el suelo, más cerca del mezclador, con la ventaja de poder regular su altura a voluntad.
La ducha de mano es un elemento de grifería caracterizado por un equilibrio perfecto entre tecnología, calidad y diseño.
Además de garantizar la experiencia de ducha deseada, las duchas de mano le darán un toque de originalidad al cuarto de baño.
La ducha de mano es uno de los accesorios que caracterizan el rincón de ducha del cuarto de baño, y por ello es importante elegirla en función de los demás elementos del conjunto de griferías, adoptando las mismas formas y los mismos acabados.
Se comercializan duchas de mano de varias formas y tamaños, desde las tradicionales duchas de teléfono, prácticas y funcionales, hasta las duchas de mano de diseño, de formas más depuradas y angulosas, adecuadas para los baños más modernos.
Además del diseño, también es fundamental considerar las características técnicas de este producto, como el material, el tipo de conexión y el tamaño.
Las duchas de mano de latón cromado están entre las más corrientes en el mercado, sobre todo para quienes buscan el mejor compromiso entre precio y calidad del producto. Son ideales para los que prefieren modelos con formas más elaboradas, incluso clásicas o redondeadas.
En cambio, quien prefiera unos acabados más refinados y una estética minimalista de formas depuradas y lineales, sin duda encontrará entre las duchas de mano de acero inoxidable la más adecuada para sus necesidades. Además, el acero no sufre el uso constante de detergentes, y al ser inoxidable no se oxida.
Una diferencia sustancial entre los distintos modelos de duchas de mano que se encuentran en el mercado es el número de chorros. La ducha de mano de chorro fijo es el tipo más sencillo, proporcionando un solo tipo de chorro vertical, que suele tener efecto lluvia.
Las duchas de mano de 2 chorros son una primera evolución del producto, ya que permiten combinar el chorro de efecto lluvia con el de cascada.
En las duchas de mano de 3 chorros, llegando hasta los 4 chorros, incluso se pueden tener chorros combinados y elegir funciones de masaje de distintos tipos, para un relax total.
En los modelos tecnológicamente más avanzados, el suministro del agua se regula directamente mediante el pomo: una breve presión del dedo en los botones situados encima del rociador es suficiente para elegir el chorro preferido. En los modelos shut-off se puede cerrar el chorro de agua directamente a través de estos mandos.
En todos los casos, prescindiendo del tamaño y diseño de la ducha de mano, la posición de cada orificio de rociado ha sido estudiada minuciosamente para garantizar un chorro abundante y uniforme.
Al igual que los rociadores, las duchas de mano tienen un caudal variable, dependiendo de la presión de la red. Para cada ducha de mano, los diagramas de caudal indicados en las fichas técnicas especifican el caudal límite, por debajo del cual no puede garantizarse un chorro homogéneo y confortable. Hoy en día se encuentra en el mercado una amplia gama de duchas de mano de caudal reducido gracias a su conformación o a dispositivos específicos, como los limitadores de caudal o de flujo montados en su interior. En los modelos más sofisticados, el consumo de agua se reduce hasta 4 l/min, con un ahorro económico considerable.
Para evitar la formación de halos y la acumulación de bacterias, ante todo es importante procurar limpiar la ducha de mano después de cada uso, aunque solo sea con un paño suave, y luego secarlo todo perfectamente.
Pero el problema que más afecta a las duchas de mano es la formación de cal, que si no se trata de manera adecuada puede llegar a impedir la salida del flujo de agua normal por los orificios de la ducha.
Se trata de un inconveniente muy común que puede producirse con más o menos frecuencia según la dureza del agua, es decir, la cantidad de sales solubles y metales contenidos en la misma.
Sin duda una limpieza ordinaria de la ducha de mano retrasa el depósito de partículas de cal, pero si esta no es suficiente es preciso recurrir a productos antical químicos o naturales (como el vinagre o el limón).
En las duchas de mano con sistema antical los orificios son de silicona para simplificar la eliminación de la cal acumulada, lo cual garantiza una mayor duración del producto. La placa es fácil de limpiar y desmontar en caso de mantenimiento o sustitución.
Tu historial de búsqueda Borrar
O prueba uno de los ejemplos a continuación