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Las duchas emocionales son un tipo de duchas en el que se mezclan tres conceptos principales: la aromaterapia, la hidroterapia y la cromoterapia. De esta manera quien se encuentra en su interior tiene la sensación de realizar un viaje multisensorial que logra purificar el cuerpo y la mente.
Esta estimulación sencilla tiene muchísimos efectos benéficos, confirmados también por su amplio uso dentro de centros de bienestar, en los cuales se asocian a recorridos de relax compuestos, además, por la sauna y el baño turco.
Existen muchas diferencias entre el interior de una ducha normal y una ducha emocional.
Cada elemento estructural que se coloca responde a una terapia específica.
Las duchas emocionales con cromoterapia incluyen lámparas de led multicolor que se utilizan para crear efectos de luz especiales; de la misma manera, la presencia de varios chorros será útil para obtener un excelente tratamiento de hidroterapia.
Por otro lado, tenemos la peculiar aromaterapia, que encontraremos solo en algunos tipos de ducha. Las duchas emocionales con aromaterapia están equipadas con un módulo difusor que se monta entre el mezclador y el flexo de la ducha. Una vez que se instala este elemento, es necesario comprar las cápsulas que contienen los distintos tipos de aromas, en función de nuestros gustos o de nuestro humor.
No se necesita una gran preparación del ambiente antes de montar una ducha emocional en el baño privado de una habitación. Como para otros tipos de ducha, también en este caso el plafón principal se monta en el techo, mientras que la parte interior de la ducha tiene que contar con una predisposición eléctrica donde poder colocar el panel de mandos.
Si tenemos la posibilidad de instalar tubos en las paredes laterales, podríamos equipar la ducha con varios mangos laterales, para aumentar la variabilidad de los juegos de agua y añadir el efecto hidromasaje.
Por lo general, el diseño de una ducha sensorial es muy moderno y lineal, y se puede adaptar a cualquier tipo de ambiente de baño o zona de bienestar. También tenemos a disposición las duchas emocionales prefabricadas completas. En este caso solo hay que conectarlas a las instalaciones o comprar los accesorios por separado y colocarlos en una ducha ya existente.
El plafón y los mangos son de acero inoxidable, mientras que en algunos modelos de altas prestaciones son de acero inoxidable «superimirror». Se trata de un acero con tratamiento de pulido químico que permite obtener un acabado brillante y reflectante.
El acceso a estas duchas se realiza a través de un cristal robusto que, por lo general, es de vidrio templado y laminado.
Un modelo muy peculiar es, sin dudas, la ducha emocional horizontal: este tipo de tratamiento puede estar disponible en los centros de bienestar y se trata de una experiencia sensorial muy especial. En este caso, en lugar de ducharnos parados, nuestro cuerpo está tumbado, y de esta manera podemos disfrutar de los chorros de agua en toda la piel.
La ducha emocional estimula los sentidos de quien la utiliza a través de un recorrido hecho de luces, chorros de agua y aromas.
Para realizar un tratamiento de hidroterapia, los diferentes chorros de la ducha alternan distintas temperaturas en el cuerpo, de caliente a fría y cambian también su intensidad. De esta manera el agua puede llegar a nuestro cuerpo a través de una lluvia ligera, o bien golpearnos como si estuviésemos en una cascada, o incluso a través de un efecto más rebuscado, como la nebulización.
La intensidad y la temperatura diferentes no son causales porque, como ya sabemos, el agua fría tiene una función estimulante y reafirmante, con un gran beneficio sobre todo para las piernas, los glúteos y el abdomen. Por otro lado, el agua caliente tendrá la función de activar la microcirculación subcutánea a través de la dilatación de los vasos sanguíneos, purificando la piel y volviéndola más elástica.
No es difícil encontrar modelos de duchas emocionales con mangos o chorros laterales, ya que estos se pueden utilizar para obtener un tratamiento similar al del hidromasaje.
Por otro lado, la cromoterapia es un juego de luces combinado con varios chorros de agua.
El efecto que se logra obtener con la proyección de los colores es uno de los más relajantes y calmantes que se puedan sentir.
Esto se debe a que la luz de diferente color, combinada con la temperatura y el tipo de chorro que nos golpea, activa todos los sentidos, ya que se basa en los efectos de los colores sobre nuestra mente: el azul es un calmante perfecto, y los colores más cálidos transmite alegría y energía. La proyección luminosa se realiza a través de lámparas de led que no necesitan ser cambiadas con frecuencia y que son muy ecológicas, gracias a la alimentación garantizada por el paso del agua.
Y después de estimular el tacto y la vista, ha llegado el momento de hacer partícipe de este viaje también a nuestro olfato. Para esto, tendremos a disposición la aromaterapia, que técnicamente consiste en la disolución de cápsulas de aceites minerales dentro de un mezclador.
Las fragancias disponibles recuerdan los aromas más diversos y relajantes de la naturaleza: desde el bosque hasta los cítricos y las flores. Está científicamente probado que nuestro cerebro asocia las estimulaciones olfativas a las partes que controlan las emociones y los recuerdos, y es por esto que las fragancias naturales son tan benéficas.
Es así como los chorros de agua, las luces y los aromas crean una armonía perfecta con efectos increíbles, que pueden recordar la alternancia entre el día y la noche o entre una estación y la otra: todo está coordinado a la perfección para que esta experiencia sea inolvidable.
Por lo general, las duchas sensoriales tienen un botón a través del cual se puede elegir el tipo de chorro, el color o el aroma.
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